Mamá Bali
Jueves 22 de mayo de 2025, 11:03h
Hoy, sin querer y otra vez, me acuerdo de ti. De nuestros tiempos, nuestros silencios compartidos, la libertad más absoluta y el mayor encuentro conmigo misma.
Hoy leía esto, de hace unos meses, y se me volvían a poner los pelos de punta:
"A Mamá Bali, por sostenerme a cada paso, encargarte de recordarme una y otra vez quién soy aunque a veces sea difícil y por ponerme las personas adecuadas en los momentos justos, haciéndome entender que hasta el más mínimo segundo tiene sentido en esta vida.
¿Que qué siento?
Que es como si la vida me tendiese una mano, constantemente, y un puente se abriese y me llevase una y otra vez al otro lado del río, ese que es menos frecuentado, que la gente teme mirar pero que está absolutamente rodeado de magia.
Cruzar ese puente no suele ser fácil, porque nos han enseñado que lo que hay al otro lado es peligroso y solo los locos lo cruzan. Pero tú, desde pequeña lo miras y observas cada mañana, piensas en él antes de irte a dormir. Puedes ver la tranquilidad y coherencia brillando ese otro lado y no entiendes por qué es tan complicado cruzarlo.
Hace unas semanas decidí cruzar ese puente, y hoy puedo decir que tras haber estado allí, no pienso dejar de volver, una y otra vez a las puertas de los mundos mágicos.
La vida me trajo aquí y sé por qué.
He recordado. Y qué bonito haberlo hecho de tu mano."
Fue entonces cuando viví la magia por primera vez, entendí que era real y que me negaba rotundamente a dejar de volver a creer en ella.